Mesa Informativa: No a la privatizacion de PEMEX. IADA-IIT
Marte 22-abril-2008 4:00 pm. Difusion de la problematica: Volanteo Charlas Proyeccion de video: algunas verdades sobre el petroleo: http://www.youtube.com/watch?v=zA3iGmIlHpE&eurl=http://frenteuniversitarioendefensadepemex.blogspot.com/search?updated-max=2008-03-23T11%3A08%3A00-07%3A00&max-res !Estan invitados! (busquen la manta, alli estaremos)
A la convocatoria de la secretaria de Energía y del director de Pemex para un debate amplio sobre la reforma energética, respondimos afirmativamente en nuestro carácter de ser uno más de los numerosos grupos y personas interesados en uno de los asuntos fundamentales del desarrollo nacional. A la invitación primera no han seguido propuestas del gobierno federal sobre las formas y los métodos del debate y, en abierta contradicción con la propuesta, el Partido Acción Nacional da por inexistente el llamado a discutir y anuncia que serán ellos y no el Poder Ejecutivo, quien envíe el proyecto a las Cámaras. También, y en sentido complementario, el senador Manlio Fabio Beltrones decide que no hace falta el debate y que ya todo debe estar en manos de expertos. Eso es, de modo tajante, el llamado a la privatización del conocimiento, sin más. Los expertos tienen necesariamente, la última palabra, pero en una democracia, esa última palabra se integra por las decisiones informadas de la colectividad.
Suponíamos y suponemos que el Ejecutivo tiene por razón natural una información abundante sobre el petróleo, muy superior a la de Acción Nacional, pero cada grupo decide cómo distribuye sus costos políticos. Y, también, es curioso que el PRI, por voz de su líder, decida que a los ciudadanos, en su calidad de no expertos, les toca callar y obedecer.
Confiamos en las virtudes críticas del debate y por eso insistimos en mantenerlo como salida racional. Por eso ahora presentamos una definición posible de la privatización del petróleo. Estamos seguros que por su carácter crucial, la discusión continuará. ¿Cuál es la prisa?
Privatización significa vulnerar el principio constitucional que hace de la Nación la propietaria de los recursos del subsuelo, en especial de los hidrocarburos, y reducir la exclusividad de Pemex en la explotación de los recursos petroleros de la Nación. Privatizar es entregar parte de esa riqueza a empresas nacionales y extranjeras, afectando la soberanía nacional y el presente y el futuro de los mexicanos.
Atentamente
Carlos Monsiváis
Sergio Pitol
Elena Poniatowska
Fernando del Paso
Margo Glantz
Hugo Gutiérrez Vega
Enrique González Pedrero
Laura Esquivel
José María Pérez Gay
Guadalupe Loaeza
Lorenzo Meyer
Arnaldo Córdova
Rolando Cordera
Ida Rodríguez Prampolini
Luis Javier Garrido
Víctor Flores Olea
Héctor Vasconcelos
Carlos Payán
Héctor Díaz Polanco
David Ibarra
Enrique Semo
Carlos Pellicer
Jorge Eduardo Navarrete
Luis Linares
Antonio Gershenson
Segunda carta: El diagnóstico
El diagnóstico sobre la situación de Pemex presentado por la Secretaría de Energía y el director de la paraestatal, ha cumplido su cometido inicial: fuera de sus autores, no ha convencido a nadie. El Frente Amplio Progresista negó puntualmente la veracidad de sus datos y la lógica, si alguna, de sus conclusiones. El Partido Revolucionario Institucional (PRI) calificó de catastrofista, y por tanto, de mentiroso, el documento. El mismo gobierno de Calderón no atendió a sus poderes persuasivos y pasó de inmediato a la amenaza, ya seguro de que no persuadiría. El secretario de Hacienda declaró: Si no hay reforma energética subiremos los impuestos o recortaremos el gasto. Es decir, si no nos obedecen la pasarán muy mal ahora, y sus descendientes la pasarán mucho peor ya sin el peso del patrimonio nacional sobre sus espaldas. Y el presidente de México de 2000 a 2006, líder moral del Partido Acción Nacional (PAN) sentenció: “Es increíble la resistencia que todavía hay en México para derrocar el monopolio de la energía y asociarlo con inversión privada para atraer las inversiones” (28 de marzo de 2008). Y vaya que Vicente Fox hizo lo posible por “derrocarlo”.
El diagnóstico convincente y veraz sigue haciendo más falta que nunca. En nuestro carácter de ciudadanos atentos al proceso económico y social del que tanto depende el país, insistimos en el debate, seguros de que éste no sólo consiste en el intercambio de puntos de vista tajantes. Por debate entendemos la confrontación de tesis y realidades en un nivel nacional. Eso exige el traslado de las discusiones a los medios electrónicos, una vez que se establezcan las reglas del intercambio de puntos de vista.
Al respecto, la secretaria Kessel afirmó: “Si la población mexicana rechaza la inclusión de inversión privada en Pemex el gobierno respetará y asumirá esa decisión”. Luego agrega, en plena debacle conceptual: “Cuando digo los mexicanos, digo la población que tenemos un grupo de representantes que hemos votado por ellos para que representen nuestros intereses en el Congreso”. No, cuando dice “la población mexicana” no dice el Congreso, donde nos representan los representantes; dice todos los ciudadanos mexicanos representados representadamente o no. De otro modo, la argumentación sería: “Si el Congreso rechaza etcétera”. Entre contradicciones, la secretaria se acercó a un hecho incontrovertible. De no posponer esa decisión a julio de 2012, la única forma para verificar en este tiempo el rechazo es el referéndum. Es agradecible el lapsus triunfal de Kessel y aguardamos su propuesta detallada en torno al referendo. Mientras, ratificamos nuestra certidumbre: no a la privatización y a las formas engañosas con que se presente. Sí al debate.
Comité de Intelectuales en Defensa del Petróleo:
Rolando Cordera
Arnaldo Córdova
Laura Esquivel
Bolívar Echeverría
Jorge Eduardo Navarrete
Víctor Flores Olea
Luis Javier Garrido
Fernando del Paso
Héctor Díaz Polanco
Margo Glantz
Antonio Gershenson
Enrique González Pedrero
Hugo Gutiérrez Vega
David Ibarra
Guadalupe Loaeza
Lorenzo Meyer
Carlos Monsiváis
Carlos Payán
Carlos Pellicer
José María Pérez Gay
Sergio Pitol
Elena Poniatowska
Ida Rodríguez Prampolini
Enrique Semo
Héctor Vasconcelos
Javier Wimer
domingo, 30 de marzo de 2008
Encuentros: Davidow and Calderon (November 2003)
Desfiladero
Jaime Avilés (fragmento de La Jornada)
■ Calderón vendió Pemex en California
■ Se comprometió con gaseras de México y Canadá
Durante una reunión patrocinada por Igasamex –conglomerado de firmas de México y Canadá, que hacen negocios con gas natural y productos petroquímicos–, Felipe Calderón aseguró que “61 por ciento de los mexicanos está en favor de una reforma” que modifique el régimen legal de los hidrocarburos en nuestro país.
También dijo que durante los próximos 10 años, “México requerirá una inversión de 140 mil millones de dólares para desarrollar su energía”, y garantizó que, en materia de petróleo y gas natural, “el potencial de nuestro país es enorme”, y subrayó este adjetivo, “enorme”, antes de advertir que no podía “hablar de muchas cosas (al respecto) porque es un tema muy peligroso en términos políticos y si queremos ir hacia delante hay que hacerlo paso a paso”.
Sus palabras quedaron registradas en un video que grabó el Instituto de las Américas, en una charla que Calderón sostuvo con el ex embajador de Estados Unidos en México, Jeffrey Davidow en La Jolla, California, el 10 de noviembre de 2003. (Ustedes pueden consultarlo en YouTube, bajo el nombre de “Encuentros: Davidow and Calderon November 2003”).
¿Qué insinuó el entonces secretario de Energía con eso de “si queremos ir hacia adelante hay que hacerlo paso a paso”? Claro: que tenía que obtener, primero, la candidatura del PAN a las elecciones de 2006 y después llegar a Los Pinos “como haiga sido”. Aquel encuentro con Davidow en realidad fue una entrevista de trabajo, en la que el autodenominado “presidente del empleo” le pidió a Estados Unidos el empleo de presidente de México.
La comparecencia fue auspiciada por la Reinhart Foundation, de San Diego, California, que fomenta “proyectos para México y Guatemala” bajo el lema “ayudando a otros a ayudarse a sí mismos”, y por el consorcio Servicios Integrados de Gas de México (Igasamex, en inglés) que en su página web se anuncia como una empresa establecida en 1996, dueña de “13 gasoductos en México con los cuales sirve a 86 clientes que representan todas las ramas de negocios del país”.
De acuerdo con su propio portal, Igasamex tiene presencia en todo el Golfo de México, desde Altamira, Tamaulipas, hasta Yucatán, pero, ojo, no en Campeche, territorio exclusivo de la familia Mouriño. Socios de Igasamex, y por lo tanto copatrocinadores del encuentro de Calderón con Davidow, fueron asimismo Fergus Thermes, Corporativo San Ángel y Saks Energy.
Fergus Thermes, “empresa mexicana con 60 años de experiencia”, posee una múltiple personalidad que le permite fabricar equipos de refrigeración, importar/exportar petroquímicos, alquilar bodegas en el estado de México y oficinas en la colonia Del Valle y dar toda clase de asesorías, mientras Corporativo San Ángel, con oficinas en la calle de Altavista, DF, lleva “80 años distribuyendo combustóleo, diesel y combustibles marinos”, desde que alguien la fundó en 1927 y, por lo visto, no se enteró de la expropiación petrolera de 1938. Lo misterioso del asunto es que en Internet, ni Fergus Thermes ni Corporativo San Ángel revelan los nombres de sus propietarios, como tampoco hacen los de Sask Energy, que “suministra gas natural a 314 mil clientes a través de 64 mil kilómetros de ductos en Canadá”.
Estos magnates sin rostro impulsaron la precandidatuta de Calderón ante Davidow, un embajador de carrera que estuvo en Chile antes y después del golpe contra Salvador Allende, más tarde en países petroleros de África y por último en México, donde se jubiló a mediados de 2001, antes de asumir, en junio de 2003, la presidencia del Instituto de las Américas, creado por intelectuales de la Universidad de California en San Diego para “promover discusiones y debates sobre políticas públicas en países de la región”.
Aquella noche de noviembre de 2003, Davidow dijo que Calderón estaba sentado en “la silla más caliente del gabinete de Fox” y le pidió su opinión sobre la industria petrolera. El aspirante al empleo, hablando un inglés de campesino pese a que estudió en Harvard, dijo, además de todo lo que ustedes ya han leído, que México “requiere de una reforma fiscal que le permita librar a Pemex de la tremenda carga impositiva que soporta”.
Hoy, esa reforma fiscal, diseñada por Agustín Carstens, es todo un hecho, pero Pemex no se libró de ninguna carga impositiva. Por lo tanto, Calderón propuso una “solución” que se llevó a la práctica y no sirvió absolutamente para nada. ¿Por qué habrían de funcionar entonces las medidas que desea aplicarle a Pemex para cumplir sus compromisos secretos con Igasamex, Saks y las petroleras anglosajonas?
En una sociedad democrática, una reforma como la que pretende la derecha (Manlio Fabio Beltrones incluido, a estas alturas no va a engañar a nadie con sus desplantes y sus alianzas con lo peor del hampa política), tendría que empezar por un debate a fondo, difundido por todos los medios y con la participación de todos los sectores, después de lo cual, como siguiente paso, debería efectuarse un plebiscito nacional, cuyo resultado determinaría, por último, la conducta de los legisladores en las cámaras. Esto, como todos sabemos, no es posible en México. Aquí no sólo no existe la figura del plebiscito sino que tampoco contamos con instituciones electorales confiables.
Aparte de perder el debate antes de iniciarlo, Calderón se quedó sin mano derecha para negociar nada, y al llegar a la ceremonia del 18 de marzo en compañía de Juan Camilo Mouriño y declamar asombrosamente que “quien viola la ley ofende al prócer”, convirtió el homenaje a Benito Juárez, como bien señala Joaquín Romo de Vivar desde Monterrey, “en un homenaje a Maximiliano que ofende a todo el país”.
Al igual que han hecho en el pasado, los mismos merolicos repiten, según convenga, medias verdades o medias mentiras, para lograr sus propósitos.
Cuando decidieron vender los satélites mexicanos, hablaron de modernización de las telecomunicaciones, del ingreso al mundo global y una sarta de sandeces por el estilo. Del mismo modo lo hicieron para pasar los ferrocarriles y aeropuertos a empresas trasnacionales. En ningún caso llegó la prometida modernización, los ferrocarriles siguen igual y los aeropuertos son un pingüe negocio para las empresas españolas, danesas y francesas que los controlan.
Hoy los aeropuertos mexicanos son administrados por gerentes de medio pelo, nombrados en Europa y sin ningún compromiso con el desarrollo y la seguridad nacional del país. Lo mismo ha pasado con los puertos mexicanos en manos de empresas estadunidenses y asiáticas, cuyos intereses gravitan alrededor de las ganancias de las empresas y nunca a favor de los intereses nacionales. Un hecho que se añade a esta situación crítica es el de que México no tiene un control efectivo de sus fronteras, dado que puertos y aeropuertos son administrados por personal nombrado desde las oficinas de las empresas extranjeras que las controlan.
En medio de la crispación mediática promovida por quienes a toda costa pretenden seguir realizando negocios a costa de las riquezas mexicanas, tachan cualquier argumento adverso a sus pretensiones privatizadoras de “nacionalismo trasnochado”, cuando lo único que se pretende es ordenar la discusión sobre elementos tangibles que esclarezcan el debate y sus términos.
Es evidente que la racionalidad no existe como elemento conductor y la única lógica que existe es la de los intereses en juego, ante lo cual sólo impera el avasallamiento mediático para inducir la opinión ciudadana hacia los objetivos que persiguen quienes pretender lucrar o seguirlo haciendo con la riqueza nacional.
Hoy nos presentan una guerra de cifras y declaraciones acerca de la reducción de las reservas petroleras, de la caída de la producción de crudo con respecto al bimestre del año anterior, pero nadie explica cuestiones básicas, cuya información es necesaria en la toma de decisiones. Por ejemplo, con todo y la anunciada caída de la producción petrolera de este año, ésta sigue siendo mayor a la de 1998. Por ello la primera pregunta necesaria en este tema es ¿quién autorizó el incremento de la sobrexplotación petrolera en el último decenio? ¿Con qué criterios se produjo?
Aunado a lo anterior, es necesario apuntar que el incremento en la producción petrolera ha estado acompañado en los últimos años de un precio excepcional, cuyas ganancias no se han visto reflejadas ni en el desarrollo nacional ni tampoco en el fortalecimiento de la industria petrolera mexicana. Se han sobrexplotado las reservas de hidrocarburos mexicanas, se han obtenido grandes ingresos, pero no se ha invertido en exploración, en investigación, mucho menos en la construcción de nuevas refinerías, que permitieran abatir los precios de las gasolinas que compramos en el extranjero.
El precio del barril de petróleo, acordado anualmente para elaborar el presupuesto nacional, ha estado por debajo del precio en el mercado, lo que le ha permitido al país obtener cada año importantes excedentes que hasta hoy no se han reflejado en el fortalecimiento de Petróleos Mexicanos (Pemex). Aquí cabría preguntar ¿quién decide el destino de estos recursos? ¿Por qué no difunde espots explicando dónde quedaron estos recursos?
Por ello, lo importante para el gobierno federal no ha sido la aportación de elementos sólidos para el debate, sino con el criterio de cualquier campaña mediática, se utilizan argumentos vulgares para ganarse la aceptación de la opinión pública y orientar una decisión que le permita a los coyotes internacionales apoderarse de uno de los últimos bastiones de la economía mexicana: el petróleo.
En este enredo de cifras, intereses y desacuerdos sobresalen posiciones objetivas, prudentes e informadas como las expuestas por el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, Francisco Rojas, presidente de la Fundación Colosio del PRI, el ingeniero José Luis Apodaca, de Nuevo León, y el ex senador Manuel Bartlett, entre otros, que han formulado interesantes propuestas con información, posturas y datos que aportan elementos para un debate serio y de cara a la nación.
Ir a aguas profundas antes de certificar nuestras reservas en las costas mexicanas o en aguas someras es una acción que requiere algo más que un espot facilón, frívolo y sentimental. ¿Qué pasó con las reservas de Chicontepec, con las cuales el gobierno de Fox presumía? En el momento de ser necesario de ir a aguas profundas, ¿por qué asociarse, en lugar de contratar tecnología? ¿Por qué vamos a dividir las ganancias que le corresponden al desarrollo nacional?
Muchas preguntas están en el ambiente, el debate apenas comienza; el debate debe ser profundo y las decisiones debidamente razonadas. La impericia de los operadores del gobierno federal ha impedido soluciones a cualquier tema de la agenda nacional.
Este escenario obliga a un replanteamiento de las fuerzas y organizaciones nacionales, a construir una alternativa que le permita a Pemex consolidarse como la opción de un sostenido desarrollo del país, para lo cual se hace indispensable reformas que fortalezcan a la institución petrolera.
En esta dinámica las posturas del PRD y el PRI son claves. Al margen de sus diferencias internas, la definición del PRD es clara y pública en contra de cualquier apetito privatizador. En el lado del PRI, su presidenta, Beatriz Paredes, ha rechazado públicamente las ambiciones privatizadoras y la ha acompañado la postura del ex director de Pemex Francisco Rojas. Cabe esperar la misma definición de los coordinadores de las fracciones parlamentarias priístas en el Senado y la Cámara de Diputados. Ojalá así sea. Pemex es de todos.
Auditorio "Alfonso Caso", junto a la Torre II de Humanidades, UNAM
El Comité Universitario en Defensa del Petróleo convoca a todos los estudiantes del país de todos los niveles e instituciones públicas y privadas a participar en el Encuentro Nacional de Estudiantes en Defensa del Petróleo.
Nuestro objetivo es abrir espacios de discusión y análisis ente los jóvenes que nos permitan coordinarnos para defender el petróleo y nuestros recursos naturales.
Como estudiantes, como jóvenes, defender el petróleo es defender nuestro futuro, nuestro derecho a la educación, al empleo; es luchar por un mundo donde se respete nuestra forma de ser y pensar, es la lucha por un país que asegure a las nuevas generaciones un verdadero futuro.
Es por eso que te invitamos a participar, pues los jóvenes no podemos quedarnos callados.
Para los que no puedan asistir, el Encuentro será transmitido en vivo por www.radioamlo.org